Che Sandoval regresa a la dirección de un largometraje gracias a esta divertida coproducción chilena-argentina y protagonizada por Antonella Costa, Geraldine Neary y Pedro Campos. Nuestra protagonista es Martina, excantante pop argentina que es visitada por Francisca, una joven chilena que desea comprobar a como dé lugar que ambas son hermanas perdidas. Al mismo tiempo, Martina tiene un redescubrimiento sexual gracias a la pareja de Francisca, lo que la hace viajar hasta Chile en una historia donde el sexo, la familia y el humor negro son sus principales argumentos.
La película funciona y es entrañable gracias a lo bien que Che Sandoval plasma su estilo para narrar. Todo fluye rápido y sumando un aporte musical latinoamericano que es importante para retratarnos el mundo de Martina, una artista empoderada e impulsiva, pero quien lentamente comienza a ablandar sus capas.
La película funciona y es entrañable gracias a lo bien que Che Sandoval plasma su estilo para narrar. Todo fluye rápido y sumando un aporte musical latinoamericano que es importante para retratarnos el mundo de Martina, una artista empoderada e impulsiva, pero quien lentamente comienza a ablandar sus capas.
Desde una mirada femenina y moderna, ambas protagonistas logran una buena química entre ellas. De igual manera, hay personajes secundarios que no hacen más que añadir buen humor en diversas situaciones. Aquí el carismático Patricio Contreras, quien hace del padre de Francisca es un buen aporte, tal como Sam, su amigo nigga que sólo habla en inglés.
Lamentablemente el crecimiento del personaje de Martina lo sentí algo incompleto luego de terminada la cinta, ya que, aunque te plantea temas sobre la mesa, como lo de ser un famoso en decadencia, o el mismo feminismo, no quiso profundizarlo mucho como para que permitiera un cambio interesante en su personaje. Así y todo, me sería imposible no recomendar Dry Martina, su liviano tratamiento sumado a un puntal puesto en la importancia de la sexualidad y de lo que significa construir familia es una gran combinación para una cinta de humor negro, un estilo de hacer cine que contrasta de manera muy positiva en comparación a otros exponentes del humor nacional. La película se estará exhibiendo desde esta semana en los principales cines del país.
Lamentablemente el crecimiento del personaje de Martina lo sentí algo incompleto luego de terminada la cinta, ya que, aunque te plantea temas sobre la mesa, como lo de ser un famoso en decadencia, o el mismo feminismo, no quiso profundizarlo mucho como para que permitiera un cambio interesante en su personaje. Así y todo, me sería imposible no recomendar Dry Martina, su liviano tratamiento sumado a un puntal puesto en la importancia de la sexualidad y de lo que significa construir familia es una gran combinación para una cinta de humor negro, un estilo de hacer cine que contrasta de manera muy positiva en comparación a otros exponentes del humor nacional. La película se estará exhibiendo desde esta semana en los principales cines del país.
Por Andrés Leiva
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