Este jueves tendremos devuelta a Denzel Washington siendo tan brutal e ingenioso como lo vimos en el 2014 con la primera entrega de esta saga. Cabe mencionar como dato curioso que antes de esta secuela, tanto Washington como el director Antoine Fuqua (Día de entrenamiento) nunca habían hecho segundas partes de algún proyecto cinematográfico.
Volviendo a la película, ya conocimos a Robert McCall y su pasión por ayudar a la gente como un vigilante anónimo. Su experiencia como agente retirado de la CIA lo convierte en un arma mortal y en una persona solitaria, exceptuando a su única amiga Susan. Cuando ella es asesinada, McCall abrirá las puertas del infierno a todos quienes hayan estado involucrados.
Como nuevas adiciones al elenco, tenemos al chileno Pedro Pascal (Game of Thrones) como contraparte de McCall. Lo que hará de este viaje de venganza uno mucho más violento, ya que McCall es el tipo de persona que, es capaz de matar ferozmente a cien personas con tal de salvar a un inocente.
El filme repite las mismas fórmulas de la anterior; un espectáculo barbárico de sangre, cuellos rotos y varios cuchillos. No se busca pensar en las consecuencias de ese tipo de actuar, al contrario, es ver con entretención cómo comienza una nueva masacre de McCall hacia personas que se lo buscaron.
Por Constanza Lobos
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