Amantes del thriller, fanáticos de las telenovelas y de los cahuines de pasillo, ¡les traemos pan caliente! Así es, pancito caliente recién salido del horno: un abogada con un pasado oscuro, un político ególatra (y sensual) que tiene un romance y su esposa, cuya vida perfecta se cae a pedazos a medida que se desarrolla la trama.
En corto: James es un hombre guapo, en sus cuarentas, que tiene desempaña un cargo de poder en la lejana Inglaterra y comete el “desliz” de su vida: tener relaciones con una pasante de veintitantos. La pasante publica el romance a los tabloides que hacen festín con la nueva y lo difunden, humillando a Sophie, la esposa de James y exponiendo a sus hijos a la carnicería mediática.
Pero eso no es todo. Eso es la punta de iceberg. En una semana toda la prensa se encuentra en silencio respecto del amorío de James. Aparece otro político, con otra historia igualmente apetitosa y todo pasa a un segundo plano… hasta que llega un golpe más duro y más bajo aún para el feliz matrimonio.
Kate es una abogada de lo que en Chile sería el equivalente a la fiscalía. Un día como cualquiera, luego de perder estrepitosamente en un caso de violación, recibe de manos de su ayudante el expediente que hará reabrir heridas que, tal vez, nunca cerraron del todo. Es el caso de James Withehouse.
Resulta que Olivia, la pasante-patas negras de James, acusó a quien fuera su jefe de violación. Un último encuentro después de que terminaran, dice, que no contó con su voluntad en absoluto. En un ascensor, sórdido, rápido, sin amor. Violento ¿Alguien podría creer que James, el carismático político, podría ser capaz de algo así? ¿Con su dinero? ¿Con su facha? ¿Con su posición política?
Anatomía de un escándalo disecciona pedazo a pedazo la acusación de violación: los actos sobre los que debe recaer el consentimiento, la forma en que este debe manifestarse, la consciencia del supuesto agresor de que el consentimiento efectivamente existe. Los elementos técnicos que conforman una realidad tristemente frecuente y sumamente alarmante.
El cariz técnico se fusione, además, con los detalles de la vida de los personajes y cómo se proyectan y unen actos de su pasado con el presente de la acusación, del dolor de la familia, del desprestigio, de la incertidumbre. El libro presenta una oportunidad para entretenerse con la vida ajena –ah, los detalles morbosos de la vida de otro- a la vez que nos permite reflexionar sobre la violencia en todos sus ámbitos: la de género, sexual y económica, son solo ejemplos.
Entonces, ¿te convencimos de leerlo?
Por Adriana Villamizar
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