Rey es una película dirigida y escrita por Niles Atallah, y promete una experiencia cinematográfica que se aleja bastante de lo tradicional. Una especie de híbrido entre lo teatral, documental e incluso lo onírico que se acerca de manera directa al pueblo mapuche en un contexto histórico. La inexplorada Araucanía del año 1858 sirve de introducción para presentarnos la leyenda de Orélie-Antoine de Tounens, un francés que llegó a tierras chilenas y quien luego de una excursión que buscaba unificar las tierras de América Latina, fue proclamado “rey del pueblo indígena”. Posteriormente fue capturado y enjuiciado por una aparente traición a la patria al conspirar en contra de la República de Chile, y todo el relato se da en esa dinámica. Desde el presente donde lo interrogan, y con flashbacks que muestran su recorrido por los bosques de la Araucanía en búsqueda de encontrarse con el líder indígena Quilapán.
Lo que la vuelve distinta es que abusa mucho de los simbolismos y de un guion más comprometido a conectarse con la espiritualidad de su personaje que con la audiencia. Excluyendo el interrogatorio, gran parte de la película es una interminable voz en off, la música también llega a ser repetitiva y poco comprometida con darle algo de dinamismo a un relato, lo que me dificultó la experiencia del visionado. Con eso no digo que no tenga su valor, porque consigue adentrarte en un mundo que no estamos acostumbrados a conocer, hay harto contacto con los pueblos originarios en su idioma natal, y toda la crítica política y social está ahí, ya sea literalmente o mediante el lenguaje visual, pero mi problema es que la historia en sí la sentí muy impersonal. No busca desarrollar personajes, ni hacerte empatizar mínimamente con sus intenciones, todo gira en torno a un trasfondo “mayor”, con esta figura endiosada que no deja de ser auto referente, muy poética y encaminada a ser una voz en medio de un conflicto independentista de nunca acabar. Esta idea del “rey unificador de naciones” puede tener muchas más implicancias por parte del realizador de las que estoy considerando, pero cuando veo cine espero una narrativa que me atraiga de alguna forma, y en este caso no ocurre.
Tengo claro que Rey es una película enfocada a un público limitado, y en él consigue un valor importante por los temas que trata y por la forma en que lo hace. Por eso mismo le doy el mérito que merece, pero mi recomendación va con pinzas, ya que un cine que se empeña en ser más bien educativo y reflexivo que en el contar una buena historia no siempre es bien recibido, grupo en donde me incluyo. Rey puede ser vista desde este 11 de enero en salas alternativas de nuestro país.
Por Andrés Leiva
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