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6/08/17

[Reseña libro] Recursos Inhumanos de Pierre Lemaitre: Todos somos Alain

Un hombre, Alain Delambre, pasados los cincuenta años es despedido de su trabajo en la sección de recursos humanos de una empresa ¿Qué se hace después? Es un parado. Todos sus proyectos estaban equilibrados delicadamente sobre el supuesto de un sueldo permanente. Un supuesto en base a sus más de 30 años de trabajo que desapareció en un abrir y cerrar de ojos.


Es necesario adaptarse: un trabajo regular que no requiere capacitación con un sueldo mínimo que apenas le sirve para subsistir con su mujer. El hombre, sumido en una profunda resignación, decide aceptar el destino de cualquier desempleado mayor. Es un empleado nocturno, sumiso, con títulos que no valen de nada gracias a su edad. Todo bien, hasta ahí, para el sistema de opresión.

Un mal día, Alain recibe una patada de su supervisor. Nunca quiso herir a nadie, pero la rabia (esa rabia dormida del esclavo) le subió a la coronilla y le asestó un cabezazo ¿Despido? Seguro. ¿Demanda? Quizás. ¿Ahora qué? Alain era nuevamente un parado, pero ahora con un chichón morado que se expandía por su cabeza.

Pronto, una luz. En el diario la oferta del trabajo soñado: asistente de recursos humanos en una empresa grande. Postular. No indica qué compañía es, pero qué importa. El misterio que rodea la propuesta y las condiciones en que se realizará la entrevista son un motivo para continuar.

Recursos inhumanos de Pierre Lamaitre es la novela de Alain, quien es el narrador la mayor parte del tiempo. Un parado, una víctima del sistema, arrastrado por la ola del enlentecimiento económico. La crisis afecta más a los eslabones más débiles. Alain es el punto donde se quiebra la cadena.

Un secuestro simulado, un escuadrón de sicarios, una pasada por la cárcel, Bébèta, el tornillo, el constante cuestionamiento de la justicia, una estafa a una empresa multimillonaria, la familia, el perdón, la muerte. Recursos inhumanos es, de hecho, la hipótesis de lo que el hombre es capaz ¿Hasta dónde se puede devolverle la mano al sistema? 

¿Por qué leerlo? Porque es un nuevo planteamiento de la novela detectivesca. Fuerza los límites de lo plausible, sin rozar lo fantástico. Extiende las fronteras de lo que el hombre común y corriente, ese del traje gastado que viaja en el metro, puede llegar a hacer si se dan las condiciones apropiadas. Porque todos podemos ser Alain.


Por Adriana Villamizar

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