Otra semana, otra reseña. Hoy es el turno de una de las películas más esperadas de este primer semestre: la segunda entrega de Guardianes de la Galaxia. Siguiendo con las andanzas del universo cinematográfico de Marvel, esta es la tercera película de la llamada “fase 3”, que concluirá con el estreno de Avengers: Infinity War el próximo año. Pero, para eso aún queda mucho tiempo. Ahora a lo que nos convoca.
James Gunn vuelve a dirigir al grupo formado por Star-Lord (Chris Pratt), Gamora (Zoe Saldana), Drax (Dave Bautista), Rocket (Bradley Cooper) y bebé Groot (Vin Diesel), en esta aventura que los lleva por nuevos rincones de la galaxia, y donde encontrarán nuevos aliados, pero al mismo tiempo, nuevos enemigos.
Si pensaste que la primera entrega de Guardianes de la Galaxia era buena, prepárate, porque esta secuela es tan buena como su predecesora. Partamos por la historia; fiel al estilo de la mayoría de las demás tramas que nos ha presentado Marvel en el cine, la película se mueve con suficiente rapidez para mantenernos atento a todo lo que ocurre, con pausas justificadas y bien puestas. Esto hace que la historia sea fluida y muy entretenida cuando le sumamos diálogos de buena calidad y magníficos efectos especiales. En todo caso, no olvidemos que estamos hablando de Guardianes de la Galaxia, y si hay algo por lo que destacan sus dos entregas, es la cuota de humor presente, que supera con creces al resto de los filmes del universo Marvel. A diferencia de la primera, esta vez James Gunn sabiamente aprovecha el hecho de que ahora el grupo está completamente consolidado, y ahora son más una familia disfuncional que sólo un grupo de forajidos. Este elemento es clave, ya que la cuota de humor se basa en esto, y sí que logra una respuesta del público, incluso mayor que en la primera parte. Así y todo, la película no es todo risas, y es ahí donde está el mérito de esta secuela, pues a pesar de todos los momentos cómicos presentes, la película logra equilibrarlo con momentos de emoción colocados de manera precisa en los momentos más indicados de la historia. Una clásica montaña rusa de emociones.
Y cómo vamos a dejar de lado la música. Un soundtrack que rivaliza con el de la primera entrega. Un nuevo mix de clásicos de décadas anteriores, que van complementando escenas que nunca habríamos esperado quedarían bien con persecuciones espaciales o escenas de acción, y que al mismo tiempo dan ritmo y adrenalina al transcurso de la película. Prácticamente una especialidad de Guardianes de la Galaxia y de James Gunn.
Termino la reseña de esta semana recomendándoles que aprovechen desde hoy para ir a ver Guardianes de la Galaxia Vol. 2, no se arrepentirán. Ah, y recuerden no irse de la sala hasta que pasen todos los créditos porque los esperan 5 escenas post créditos, con una en particular que los fanáticos más duros reconocerán importantísima en los eventos que esperan en el futuro a nuestros héroes.
Por José A. Pino
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