“Todos buscábamos la sala propia. Como en ocasiones anteriores, el azar estuvo de nuestra parte. Pasaba un día por la galería Antonio Varas donde se terminaba de construir el Banco del Estado. Yo era muy intruso, cualidad que me ayudó bastante. Me asomé y vi una sala con vidrios en relieves de dibujos persas en llamativos colores. Entré y me encontré con un espacio enorme sin construir. Lo miré detenidamente y vi la caja de una futura sala de teatro”, así describe Domingo Puga — en su libro “Teatro experimental de la Universidad de Chile”— el inicio de una relación que hoy se mantiene intacta y que permite seguir proyectando el trabajo de las artes escénicas en Chile en un espacio seguro.
En el contexto de la celebración también llegan las buenas noticias para la caja negra de Morandé 25, ya que este año, —precisamente— se logró la remodelación de los camarines y otros espacios a cargo del Banco Estado institución que acoge la sala Antonio Varas lo que refuerzan el compromiso con el TNCh que tiene por misión de contribuir a la formación cultural, artística y educacional de Chile, siendo un referente de las artes escénicas a través de la producción y exhibición de obras de teatro clásico y contemporáneo abriendo sus puertas a la creación de nuevas dramaturgos y dramaturgas chilenas siempre con miras hacia la internacionalización del trabajo.
En este contexto, el equipo de programación del TNCH apostó por incluir en su cartelera “Noche de Reyes” de William Shakespeare ya que fue esta misma obra la que inauguró en 1954 la sala.
La producción de este clásico incluyó la convocatoria de Rodrigo Pérez quien estará a cargo de la dirección escénica del montaje dada su vasta experiencia en otras tantas, dentro de las que destacan: “Ofelia o La madre muerta” (1995), “La zapatera prodigiosa” (1996), “Fantasmas borrachos” (1997) y “El coordinador” (2000).
Sobre la obra: ¡Qué locos son los mortales!
Noche de Reyes es una comedia de equivocaciones donde luego de un naufragio dos hermanos gemelos pierden el rastro el uno del otro. Ambos piensan que han muerto y para sobrevivir en la extraña tierra a la que ha llegado Viola (una de las hermanas) comienza una serie de confusas historias.
En este juego de roles, Viola se enamora de Orsino, quien a su vez adora a Olivia; sin embargo, ella ama a Viola… quien se ha disfrazado de hombre –Cesario– para ser contratada en la casa de Orsino. Así transcurre esta intrincada historia donde nada es lo que realmente parece ser.
Esta comedia de equivocaciones escrita por William Shakespeare y traducida al español por León Felipe fue la obra que inauguró la sede permanente del TNCh en noviembre de 1954.
Sobre la obra, Pedro Orthous quien dirigió el montaje en aquella época escribía: “ En todo momento hemos tenido presente que nos hallamos ante un cuento, una fábula tejida con el mismo material con el que están tejidos nuestros sueños y que, por lo tanto, nada tiene que hacer en ese juego la gravedad de los mensajes […] tal como ocurren ‘Sueño de una noche de verano’ los amantes, en pleno desvarío, se persiguen y se rechazan unos a otros, despreciando la felicidad que les pertenece por atrapar la que no les corresponde, se produce el conflicto shakesperea-no por excelente: el del ser humano que, por no estar en lo que le corresponde, por estar fuera de sí, pierde precisamente aquello que le distingue: su condición humana.
Sobre la versión 2024 de este montaje, Rodrigo Pérez, director de la obra comenta que: “Esta es una obra de equivocaciones que genera escenarios muy enredosos, lo que la hace muy graciosa, porque finalmente son puras equivocaciones que en este caso en particular tiene que ver con la sexualidad […] y en ese sentido hay una manera de entender la sexualidad de una manera libre. A eso se suma que esta versión traducida por León Felipe está escrita en verso libre español lo que le da una riqueza muy grande al lenguaje y hay un punto en el que se ha hecho acento en la puesta en escena donde se dice muy bien el verso, cuando se sale del verso se nota y eso aporta una cuota de humor. Es una puesta en escena contemporánea que rescata una historia milenaria”.
“El punto de partida y de llegada es el goce escénico lo que convierte a la obra en un material muy atractivo, hermoso, muy poético. Hemos redescubierto el goce con este material, más que rendir tributo y, particularmente algo que yo tengo, es gozar poniendo en escena con el goce de los actores haciendo […] el mayor desafío, diría, es apropiarse del lenguaje que no es cotidiano y entenderlo, para hacer aparecer el texto en primer plano, porque las acciones están ya escritas en el texto y es muy bonito ver un gran oficio actoral, pero también gozar con la palabra” explica.
“Hay una puesta en escena muy hermosa por parte de César Erazo, el diseñador, que es habitada por actores gozosos. Es de esas obras —espero— donde quien la ve dice qué ganas de estar arriba del escenario” puntualiza.
Así en este montaje — que llega a transformarse en una pieza hasta pedagógica dado su origen de excelencia en términos dramatúrgicos — se elevan las temáticas sobre la ambición, la vanidad, la obsesión, la cuestión del género, la torpeza que termina por pecar contra la autenticidad de cada persona que en los casos más dramáticos (como Hamlet, Macbeth o Ricardo III) termina en la catástrofe.
Sin embargo, esta obra es una invitación a reírse de esta condición humana a través de personajes fuera de sí que hace perder la autenticidad.
Curiosidades a 70 años de la sala y de Noche de Reyes
Parte de la decisión de programar esta obra, según explica Cristian Keim, director del TNCH, “viene motivada, dado que se trata de una obra clásica; con esa condición la carga de simbolismos es ineludible y al momento de festejar lo que uno quiere es generar símbolos que cubran de una cierta mística nuestro presente para mirar hacia el futuro con esperanza. Eso es muy propio de quienes nos dedicamos al arte, sobre todo al arte escénico y es algo que queremos compartir, por supuesto con las y los espectadores que vengan al teatro durante noviembre”.
Según Rodrigo Pérez la relevancia de este tipo de texto recae en que “si siguen vigentes es porque son buenos. Si siguen malos, desparecen. Cuando hablamos de clásico, por un tema de época, hablamos de clásico porque de algún modo dan cuentan de algún tema de la condición humana desde la comedia o la tragedia. De alguna manera apela a un lugar conmovedor y reflexivo”.
Y efectivamente esta obra y la sala guarda ciertas curiosidades que enaltecen el mito a cargo del Teatro Nacional Chileno. Dentro de ellos destacan: que los bocetos de los vestuarios originales de la obra fueron hechos por el destacado artista Roberto Matta; que dentro del elenco de la época e interpretando papeles secundarios se encontraban las destacadas actrices María Elena Fricke, Delfina Guzmán, Shenda Román y el actor Gustavo Meza, quienes continúan vivos y serán invitados de honor de la función estreno; que elenco de la época estaba conformado por más de 20 personas; que todavía existe parte de los vestuarios de la obra en el archivo del teatro; que la destacada actriz María Elena Duvauchelle es hermana de uno de los protagonistas de la época; que la sala Antonio Varas debe su mural de estilo persa ya que antes de su apertura el destino de la inmediación sería un cine, el cine persa, lo cual es considerada una batalla ganada del teatro.
Otras actividades de celebración
Como parte de las actividades aledañas a la celebración el teatro ha preparado una exposición de tres piezas de vestuario del montaje original, el diseño de una caja conmemorativa con documentos inéditos del teatro, además del estreno de un capítulo especial de Universidad de Chile podcast y el lanzamiento de una micro-serie documental co-producción con UChileTV con testimonios de diversas voces en torno a Noche de Reyes.
Reseña:
Luego de un naufragio dos hermanos gemelos pierden el rastro el uno del otro. Ambos piensan que han muerto y para sobrevivir en la extraña tierra a la que ha llegado Viola (una de las hermanas) comienza una serie de confusas historias.
En este juego de roles, Viola se enamora de Orsino, quien a su vez adora a Olivia; sin embargo, ella ama a Viola… quien se ha disfrazado de hombre –Cesario– para ser contratada en la casa de Orsino. Así transcurre esta intrincada historia donde nada es lo que realmente parece ser.
Con esta comedia de equivocaciones escrita por William Shakespeare y traducida al español por León Felipe, el Teatro Nacional Chileno celebra los 70 años de la sala Antonio Varas, ya que fue esta obra la que inauguró la sede permanente del TNCh en noviembre de 1954.
Ficha Artística:
Dirección: Rodrigo Pérez | Diseño integral: César Erazo | Asistente de dirección: Catalina Rozas | Elenco: Jaime Leiva, Marcelo Lucero, Francisca Márquez, Roxana Naranjo, Francisco Ossa, Marco Rebolledo, Diana Sanz, Nicole Vial | Compositor musical: Guillermo Ugalde| | Producción: Teatro Nacional Chileno
Coordenadas:
Del 8 al 30 de noviembre
19.30 horas
Morandé #25, Santiago
Sala Antonio Varas
Entradas por Ticketplus y boletería del Teatro: $8.000 Entrada general, $5.000 Estudiantes, tercera edad, $3500 Estudiantes y funcionarios UChile (Presentando TUI), $4000 Personas con discapacidad (Presentando credencial). Todo los valores tiene cargo por servicio.