Stephanie es la madre de Miles (así se define a sí misma). Vive en un condado pequeño en Estados Unidos. Es viuda hace dos años. La muerte de su marido, Davis, le dejó el dinero suficiente como para dedicarse a criar a su hijo y escribir en un blog de esos donde las mamás hablan de su experiencia como cuidadoras, chefs, choferes, guías, gurús, psicólogas y amas de llaves de sus niños. Su vida gira completa y absolutamente en torno a Miles.
Emily, por otro lado, es directora de relaciones públicas de una gran empresa de moda (tipo H&M, pero más top), su esposo Sean es un millonario trabajador de Wall Street. Se fueron a ese pequeño condado buscando privacidad. Además, es mamá de Nicky (sí, además). Por muy distintos que sean sus mundos Emily y Stephanie se vuelven amigas. Las mejores amigas. Pasado un tiempo, Emily deberá pedirle a la bloggera un pequeño favor: cuidar a su hijo por una noche.
No era raro que eso ocurriera. Después de todo Sean pasaba muchos meses afuera y Emily era una mujer independiente y trabajadora, mientras que Stephanie solo vivía para cuidar a su hijo. Lo extraño fue que Emily no volvió. Y al empezar a encender todas las alarmas de la desaparición de la joven madre, Stephanie notó varias cosas fueras de su lugar… ¿Por qué Sean no se alarmó? ¿Está Stephanie muerta? ¿Quién fue el último que la vio? ¿Y quién su familia? ¿Un pasado oscuro, quizás? ¿Fraudes? ¿Mentiras? ¿Fantasmas?
Un pequeño favor es un thriller contado a varias voces: primero, Stephanie –con algunos (insoportables) posts en su blog-, luego Emily y finalmente, Sean. El libro da cuenta de las locuras que una persona puede hacer por aceptación, dinero y amor (¿amor?). Y cómo una mentira puede convertirse en una horrible realidad… o por lo menos, en lo que uno mismo desea considerar como realidad.
Es bastante rápido de leer y fácil de digerir. Bastante creepy en algunas partes, medio retorcido en su lógica, pero muy entretenido. El final deja una sensación de yo no sé qué, que es mejor que experimenten por sí mismos porque nada es lo que parece. Recomendado para mayores (porque tiene algunos pasajes sexuales, aunque no muy explícitos), combina la pasión con los desengaños de la amistad… y algunos crímenes ¡Vayan a leerlo!
Por Adriana Villamizar
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